Entre costumbres, mitos y agüeros se vive la Semana Santa en Colombia
- Nosis
- 1 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr 2020
Por Lucero Pantoja
@PantojaLucero
Largas procesiones, algunos días concebidos para la vigilia pascual, restricciones a la sana diversión, y otras actividades proclamadas por la religión católica han conmemorado la mayor participación de creyentes en el mundo durante Semana Santa. Colombia es unos de los países de gran celebración en la mayor parte del territorio, haciendo devoción a los santos consagrados en el país, desde la Virgen María, madre de Jesús de Nazaret, la Virgen del Carmen, llamada patrona de los transportadores, y a Virgen de Fátima, hasta el Santo Ecce Homo, que se distingue de los demás por ser un santo de color. Todos ellos son rostros que han logrado permanecer a lo largo de todas estas celebraciones religiosas.
Entre mitos…
Mucho se dice en el ayer y hoy sobre los días comprendidos entre el jueves santo y el domingo de resurrección. Para los feligreses es pecaminoso comer cualquier tipo de carne, esto iría en contra de la fe. No bañarse durante esos días era caer en pecado; y peor aún, según dicen, había posibilidad de convertirse en pescado, cosa no era la mejor opción.
Ir a bailar, escuchar música, tomar bebidas con alcohol han sido actividades restringidas durante esta semana de reflexión para quienes quieren conservar la fe. Ni siquiera se puede practicar sexo; las supersticiones indican que, de hacerlo, las personas podrían quedarse pegadas, ya que se trata de una expresión mundana, realizada en plenos días de recogimiento.
Las esencias para alejar los males
Como costumbre, algunas personas suelen rociar los alrededores del hogar con yerbas para alejar los malos espíritus y, ahora, las llamadas “malas energías”. Las plantas más utilizadas para este combate son la albahaca, el toronjil y la manzanilla. Los abuelos no solo utilizan este tipo de ramas, también cortan el limón en forma de cruz, agregándole un poco de azúcar. Pero el principal aroma usado en los hogares es el reconocido sahumerio con mirra. El empleo de todas estas esencias es el rito de mayor práctica en días santos.
Antiguas costumbres
Los principales feligreses en estos tiempos, los abuelos, continúan siendo los más fieles asistentes a las celebraciones de Semana Santa. Ellos, por respeto a las costumbres católicas, prefieren vestir de manera muy sobria para generar respeto y mantener una imagen conservadora. La presencia en los días de sacramento y el encender una vela son actos simbólicos para rezarle a la Virgen María y acompañar los largos recorridos del Santo Viacrucis.
Cuenta Julia Robledo, fiel católica desde hace más de 35 años, quien ha visitado por años los más grandes centros religiosos en Cali, desde la iglesia La Ermita hasta las más remota iglesia, la de San Antonio. Así mismo, doña Julia también realiza el acto de peregrinación, cumpliendo año tras año una de las mayores tradiciones en Santiago de Cali: subir hasta el Cerro de las Tres Cruces, “como acto de devoción, es importante pedirle a Cristo por la salud y la familia, pero hacer un acto de petición es lo que fieles creyentes hacen”, expresó Robledo, que añadió que la mayoría de los feligreses solo se dirigen al lugar para hacer deporte y no para dar gracias a Dios.
Sustos de Semana Santa
Pero más allá de las tradiciones, una historia que nunca se olvida, mencionada por muchos, pero que, actualmente, pocos conocen, es la supuesta aparición del Diablo en plena Semana Santa. Algunos se atreven a decir poco y otros solo comentan que es una leyenda que se originó en una discoteca de Juanchito ‘Chango’, reconocida por sus numerosas visitas al son del baile, por allá en los noventas.
Habitantes del sector, que durante 50 años han vivido y comentado sobre aquella aparición, cuentan que hubo personas que salieron del sector, gritando que el Diablo había estado en ese lugar cuando una mujer, sintiéndose atraída por un hombre guapo, comenzó a bailar con ella. Dicen que la mujer se sorprendió al bajar su mirada y ver que el misterioso hombre, en lugar de tener piernas y pies, tenía las patas de un animal. La mujer se desmayó de la impresión, y luego, un olor a azufre comenzó a expandirse en el lugar.
Hay quienes dicen que esto no pudo ser posible, ya que durante la semana de recogimiento el lugar no abrió sus puertas, mientras que otros aseguran que sí es cierto, porque escucharon a muchas personas gritar “¡ahí está el Diablo!”.
Lo anterior es una leyenda que permanecerá intacta entre muchos y de la que siempre se tendrá recuerdo por este tiempo sagrado para los creyentes. Aunque se piense que esta semana puede generar reflexiones, la también llamada “Semana mayor” será respetada para los fieles, quienes en su devoción, hacen alegorías para pedir por el perdón de sus pecados, ofrecer sus penas, orar a los santos y pedirles milagros en la salud y dinero; proclamando a gritos su confianza y regocijo en el ‘Sagrado corazón de Jesús’.
Algunos utilizan estos días para vacacionar en familia y conocer otros sitios litúrgicos, atractivos para los viajeros que durante años han sido visitados, por ejemplo: la Basílica de Buga, a la cual se acude para pedir al Señor de los Milagros. En Popayán, la llamada ciudad ´Blanca´, se celebran las procesiones que, hasta hoy, son Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Monserrate, en Bogotá, es otro lugar, ubicado entre los cerros orientales, donde los devotos ascienden por tierra o teleférico. Todos estos son destinos que harán parte de la conmemoración y celebración de la Semana Santa, que por años ha transmitido regocijo y plenitud a quienes la observan, orando hasta que Dios se los permita.
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